Faltan pocos meses para las nuevas elecciones y ya se escuchan varios
nombres de los posibles candidatos para la alcaldía de Milagro. Y una vez más la manzana de la
discordia es ser postulado por de la
lista 35. Como si fuera aquello un amuleto de buena suerte que asegurara su victoria, bueno; ya ocurrió
en las elecciones pasadas; cuando con mucha pena observe como el movimiento
PAIS, no lanzo candidato oficial y en vez de colocar a gente nueva como ha sido
la filosofía del presidente, dieron el apoyo al actual alcalde, que participo
con su movimiento independiente y con ello gano su reelección; bien por
él. Bien por lo que ha hecho; y mal por
lo que falta por hacer. Sin embargo el tiempo ha pasado y hoy los milagreños
piensan diferente. Si en este momento le preguntamos a cada uno de los
candidatos ¿quiere ser alcalde? la
repuesta será obvia y las razones personales sobraran; pero señores, aquí la
cuestión no es saber ¿quién será el nuevo alcalde? sino saber ¿quién se merece
ser alcalde? muy independiente de la lista que los respalda. No podemos
condicionarnos a una corriente política, y a ojos cerrados dar nuestro voto.
Seamos rebeldes y cuestionemos todo lo que nos presentan. No dejemos que una
lista crucifique a un candidato sin antes escucharlo y conocer su plan de
acción. No todos los que están en la oposición son malos. Ni todos los
oficialistas son buenos. Nada es absoluto; todo es relativo.
¡Cuánta hipocresía¡ En qué
momento la diáfana idea de la política se convirtió en una carrera de
escalafón. El político debe nacer con la única idea de servir. Debe olvidarse
de la absurda coraza hedonista, que solo busca el bienestar para sí mismo. Solo aquel que esté dispuesto a
dejarlo todo por su pueblo, a olvidarse del maligno dinero corrupto de las
indeseables comisiones, que solo nubla el corazón de los buenos. A saber que el
único mandante es el pueblo y que su deber es administrar, más que un
presupuesto; la confianza de los conciudadanos. Solo aquel; será digno de ser
alcalde de Milagro. Muchos podrán ser los que pretendan llegar a la
alcaldía, pero no olvidemos que el
verdadero poder lo tenemos nosotros cuando llegue el día y con absoluta responsabilidad demos el voto.